miércoles, 28 de mayo de 2014

Una madre narra desde Chile su dramática experiencia con el demonio y la ouija.La víctima fue su bebé


06/02/2014 - 06:51 am
Una madre de familia chilena narró la dramática y dolorosa experiencia que le tocó vivir al tener que enfrentar la posesión demoniaca de uno de sus hijos cuando era bebé, luego que sus hijas jugaran a la ouija. El relato fue publicado originalmente en el sitio web Portaluz.org y lo presentamos a continuación: Con su esposo habían optado por sentar las bases de su matrimonio y familia en una cotidiana vida de fe, señala Teresa B. a Portaluz. Los sacramentos, las actividades pastorales y espirituales que compartían les daban una base, “que creíamos sólida para nuestras dificultades personales, las alegrías y debilidades, como pareja y familia”. Teresa y Roberto tenían tres hijas y anhelaban concebir un varón. “Vivimos la noticia como un regalo de Dios que todos celebraban, cuando se supo que estaba embarazada esperando a Miguel. Fue tan deseado, querido y bienvenido este niño… que incluso los vecinos de mi sector enviaban saludos y regalos por montones”. Ya en los primeros meses de gestación Teresa sintió que este era un niño especial, porque sin buscarlo empezaron las bendiciones. Estaba en su tercer mes de embarazo cuando el Papa Juan Pablo II llegó a Chile y por el vínculo activo que ella mantenía en la Iglesia, tuvo la oportunidad de estar físicamente muy cerca de él. “Recuerdo que en un determinado momento el Papa me miró la barriga, sonrió, y me dio una bendición. Me estremecí de emoción, fue muy impactante. Ese mismo año además, dos obispos visitaron mi parroquia. Cada uno de ellos, en fechas distintas, nada más llegar, también me bendijeron el vientre. En algún momento me dije, ¡qué extraño esto!, tantas bendiciones para este bebé…”. Una agresión oculta e inesperada Miguel, confiesa esta madre, “era un niño que emanaba paz” y su bautizo fue celebrado, comenzando así su camino como hijo de la Iglesia… “Disfruto ir a misa cada día y por eso siempre llevaba al niño conmigo. Cierto día del año mil novecientos ochenta y nueve me comprometí para colaborar un par de horas en un retiro de oración guiado por unos sacerdotes amigos de nuestro cura párroco. Miguel tenía poco más de un año y como era una salida breve, no vi inconveniente en dejarle junto a sus hermanas al cuidado de una tía, hermana de mi padre, que me ofreció recibirlos aquella tarde”. Cuando pasó a recogerlos Teresa notó a su hijo muy extraño. “Estaba inquieto, lloraba y lloraba”. Pensó que pronto se calmaría, pero la intranquilidad del pequeño continuó. Pasaban los días y el niño seguía muy llorón y casi no dormía por la noche. Los médicos no encontraban explicación, pero Teresa, por su sensibilidad espiritual captó que “algo” grave ocurría… “Comenzó a ponerse agresivo, especialmente cuando iba con él a misa. Luego de comulgar, teniéndolo en mis brazos… me agredía, mordía mi cara, me arañaba. Violento casi, todo era muy extraño. Me angustiaba no saber cómo ayudarlo, oraba más por él y continuaba llevándolo a misa conmigo. Pero lejos de variar su conducta se iba poniendo más agresivo y más llorón. Entonces yo decía, ¿qué pasa aquí?” Fue su cura párroco quien después de la misa se me acercó. ¡Él también se había dado cuenta del cambio repentino de Miguel! y al saber que tampoco los médicos tenían explicación le refirió el nombre y dirección de dos sacerdotes que tal vez podrían ayudarles. Suplicando al cielo “Las distancias en Chile son bastante grandes y aunque estos sacerdotes vivían aproximadamente a tres horas de mi casa, decidí ir a conversar con ellos, el Padre Carlos Aldunate y el Padre Agustín Sánchez. Nada más llegar el Padre Carlos llamó al Padre Agustín y en ese momento el niño, cuando vio a este sacerdote, se puso llorón, llorón, ¡tremendo!, sin control. Me sentí horrible. Sereno, el Padre Agustín me hizo un gesto con la mano para que me acercase, al tiempo que se alejaba un poco; así es que le entregué a mi esposo el niño y fui con él… «Mira, yo no puedo ayudar en este momento a tu hijo», me dijo. «¿Pero Padre por qué, qué pasa?», repliqué. Y agrega… «Hay algo dentro de tu hijo, pero yo no lo puedo ayudar aún. Piensa Teresa, ¿con quién se quedó tu hijo, a cargo de quién, qué ha pasado en este tiempo? Mira, trata de averiguar y a la hora que sea, el día que tú te enteres, me llamas y lo traes»”. Con el corazón apretado, muy triste, el matrimonio regresó a su hogar. Al llegar sus hijas estaban esperándolos en la puerta. Apenas se bajaron del auto les preguntaron cómo había ido todo con su hermano. Teresa les contó lo que el sacerdote Agustín Sánchez les había dicho… “Ese día decidimos acostarnos temprano, tipo nueve y media. Estaba entrando el invierno, ya estaba frío y comenzábamos a dormirnos cuando escuchamos un par de golpes suaves en la puerta de nuestra pieza. Eran dos de nuestras hijas, las mayores… «Mamá, Papá, nosotras sabemos lo que pasó con mi hermano», fue lo primero que dijeron al entrar”... El secreto Teresa y su esposo se incorporaron en un segundo pidiéndoles que se explicaran… “Nerviosa, una de ellas hizo el relato: «Bueno, ocurre que… ¿te acuerdas ese día cuando ustedes nos dejaron en la casa de la tía porque tenían un retiro y tú nos permitiste invitar a unas compañeras para hacer juntas las tareas?». Asentí, intentando mantener la calma. «Bueno –continuó narrando mi hija-  cuando terminamos los deberes nosotras nos pusimos a jugar… Es que una de nuestras amigas llevaba la tabla de la Ouija, esa con las letras, con el vasito, para hablar con los espíritus… y empezamos a ver si nos resultaba. Estábamos en el comedor, abajo, y pusimos todo ahí en el piso, al lado del calefactor que tiene la tía…». Poco a poco, algo temerosas, casi arrepentidas diría, fueron narrándome su secreto. Nos dijeron que llevaban pocos minutos con lo de la Ouija y a su parecer todo iba bien, alguien o algo estaba allí, afirmaban. Pero repentinamente, sin darse apenas cuenta por lo concentradas que estaban en sus preguntas como en las respuestas que iban surgiendo, apareció su hermanito y sin tiempo de reacción para detenerlo, el niño con la inocencia propia de la edad, pasó corriendo por encima del tablero, que estaba en el suelo, desbaratándolo todo. Nuestras hijas nos miraban acongojadas mientras terminaban el relato confesándonos que en un primer instante sintieron mucha rabia con su hermanito por lo sucedido. «¿Pasó algo más hijas?», pregunté. Y me aseguraron que eso era todo. Sin demora el matrimonio llamó al sacerdote Sánchez quien les indicó que la familia completa fuera de inmediato a verlo. “Partimos todos y nuevamente, nada más entrar al jardín de la casa de los sacerdotes, mi hijo se puso a llorar, se revolvía en mis brazos, estaba claro que no quería entrar allí, el corazón me dio un vuelco”. Liberación El Padre Agustín –cuenta Teresa- conversó con cada una de las niñas, las confesó, luego las ungió y con firmeza como lo haría cualquier papá, las reprendió por su imprudencia. En eso estaban, dice,  cuando apareció también el Padre Carlos y el Padre Agustín tomando de los brazos de Teresa a su hijo se lo entregó al recién llegado… “Miguel lloraba a todo pulmón cuando ambos sacerdotes ingresaron en la capilla del recinto llevando a mi hijo. Yo, instintivamente les seguí para entrar con ellos, pero el Padre Agustín me detuvo y dijo… «No hija, tú te quedas fuera»”. La angustia, los nervios, pero también la esperanza de que todo se resolviera por fin, formaban un torbellino en la mente de la atribulada madre, padre y hermanas. “Yo lo único que sentía era la voz fuerte del Padre Agustín adentro exorcizando a mi hijo y como no conocía del tema la inquietud me aguijoneaba pensando… ¿pero qué le están haciendo a mi hijo?”. Cuando Teresa estaba al límite de estas emociones “¡salieron de la capilla y traían a mi hijo, dormido, con ese rostro plácido que siempre había sido tan característico en él y que en las últimas semanas había perdido!”. Al entregarle –dice la madre- al pequeño Miguel, el sacerdote Agustín Sánchez se dirigió nuevamente a las niñas, al tiempo que acariciaba sus cabezas, diciéndoles: «¡Y ustedes no jueguen más con tonteras… ¡porque miren lo que pasó con su hermano, se le había metido un ‘espíritu inmundo!». Aún tuvieron que llevar al niño nuevamente en varias ocasiones con el sacerdote, según él mismo se los indicara. “En esos momentos el padre Carlos lo ungía con aceite –que supe era para exorcizar- en la frente, en sus manitos y otros lugares del cuerpo. Luego oraba por el niño pidiendo a la Virgen María que lo protegiera. Aún recuerdo que sería luego de la tercera o cuarta de esas liberaciones que mi hijo comenzó a estar envuelto en un aroma a flores, que se podía percibir en los lugares donde había estado y esto siguió ocurriendo varios días después que terminó todo el ciclo de unción y oraciones. Yo también rezaba cada día con ahínco por mi hijo y al finalizar, este buen sacerdote me enseñó una oración de protección que hasta hoy es una de mis devociones cotidianas; es la conocida Coraza de San Patricio, pero en versión adaptada por este exorcista.” Con el paso del tiempo, agradecida de Dios, esta experiencia llevó a Teresa a participar hasta hoy en un pequeño grupo de laicos que colaboran con sacerdotes para liberar a otros que son atormentados por el demonio. “En un comienzo me provocaba algo de temor el saber que estaba decidiendo servir a Nuestro Señor Jesucristo enfrentando a su enemigo. Pero Jesús gracias a la vida sacramental me da su gracia y ya no temo. Si Cristo está contigo ¿quién contra ti? La clave está en mantener una vida coherente con la fe. Miguel, mi hijo, volvió a ser el mismo de siempre. Cuando comenzó a hablar, sin proponérselo nosotros, pedía él mismo ir a misa e incluso prepararse para la Primera Comunión. La hizo a los siete años y el Padre Carlos se la dio. El quería recibir a Jesús. Continuamos orando juntos por su protección. Es importante que él y todos quienes han vivido algo semejante tengan conciencia que si una vez te pasó, puedes ser vulnerable a que te ocurra de nuevo si olvidas estar en comunión con Dios… Padre, Hijo, Espíritu Santo y como mediadora poderosa la Virgen María, Madre, que siempre acude en nuestra ayuda”. Nota del editor: Por expresa solicitud de la madre al editor de Portaluz, a quien entregó su testimonio (el cual se encuentra debidamente registrado), hemos cambiado los nombres de las personas señaladas en el relato, con excepción de los nombres de ambos sacerdotes. Los sacerdotes Carlos Aldunate y Agustín Sanchez, efectivamente atendieron y acompañaron en Chile a las personas que el relato refiere, en los hechos que se narran.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Investigaciones



El exorcismo es una práctica antigua que se realiza contra él poder del “diablo”, en esta práctica, el sacerdote autorizado por el obispo debe expulsar presencias demoniacas de la persona que esté poseída.
Esta es una práctica antigua que tuvo orígenes en la magia, con rituales como hacer muñecos de arcilla para luego romperlos. También en la biblia constantemente se hace referencia a esta práctica y se habla de cómo Jesús y después sus discípulos expulsaban los demonios a través de la oración y la autoridad que les era conferida.

Los síntomas de una persona poseída son por ejemplo, el escuchar voces, ver sombras o personas donde no hay nadie entre otros hechos que no tienen una explicación lógica.

Después de esto la persona comienza a renegar o difamar contra Dios, rechaza elementos sagrados como imágenes religiosas o crucifijos, habla en lenguas desconocidas o desarrolla una fuerza sobrehumana.


Los ritos varían desde simples invitaciones a retirarse hasta ceremonias elaboradas, algunas de las cuales incluyen bailes y trance donde se pide a los dioses que ayuden a expulsar al ente ofensivo.
Estas ceremonias incluyen la oración, la producción de malos olores, quemar incienso, pronunciar vituperios y el uso de sustancias sagradas como hierbas, agua bendita o sal.
Esta es la definición que la iglesia le da al exorcismo, pero vale aclarar que los exorcismos no siempre se realizan, pues la mayoría de los sacerdotes delegados por el obispo como exorcistas envían a la persona con un psiquiatra antes de realizar el exorcismo.
Desde el punto de vista de la psiquiatría el exorcismo no es tan sobrenatural, es más bien un problema de histeria, donde se pueden presentar alucinaciones, vomito persistente, perturbaciones de la visión, trastornos como personalidad múltiple, por ejemplo; una persona puede cambiar de ser “Bibiana” a el espíritu de un niño.

Otra patología que se puede presentar en un caso de estos es la “Amnesia psicógena” En ella el individuo no puede recordar acontecimientos en un determinado momento, por ejemplo, la persona “poseída” tiene los episodios de “posesión” y momentos después no recuerda nada de lo ocurrido.
También se pueden dar en estas personas alucinaciones continuas, auditivas como escuchar pasos o sentir presencias.
Las personas que presentan esta patologías están clasificadas dentro del trastorno disociativo por trance o posesión, esto se da cuando la persona presenta un gran nivel de alteración, perdida de la identidad habitual.
Estudios han demostrado que en la mayoría casos en que se da la “posesión” las personas que la sufren son narcodependientes y la causa del trastorno puede ser una intoxicación causada por ese agente.
En otros casos se presentan por problemas psicológicos reprimidos y la única forma que la persona encuentra para estallar es la de creer que un demonio la posee, la mayoría de personas que padecen estos casos son emocionalmente inestables o fácilmente sugestionables.
Por ejemplo cuando una persona asiste a un rito satánico, o alguna de estas prácticas que religiosa y socialmente están mal vistas pueden llegar a un grado de sugestión en el cual desarrollan los “síntomas” que exige la iglesia para realizar un exorcismo.
La mayoría de personas que padecen la “posesión diabólica son mujeres mayores de 50 años que frecuentan “curanderos, adivinos, o videntes”.


  • Esta conducta no es pensada por la persona estos comportamientos vienen del inconsciente, en muchos momentos la persona llega a ver tumbas, personas practicando maleficios en contra de ella, la mente la lleva a imaginar momentos que parecen reales y olvidan otros.
  • Podemos ver que en la medida que el tiempo transcurre estos fenómenos “sobrenaturales” van teniendo explicaciones desde la psiquiatría, incluso muchos teólogos invitan a la iglesia a hacer la reflexión de cuando una persona presente esta patología enviarla donde un psiquiatra en vez de donde un exorcista.



Presentación del Autor

Soy Leonela díaz y esta es mi  información personal , como una de las autoras del blogger de exorcismos .
Eleji este tema por que es una investigacion que me llevara mucho tiempo y empeño, tenia que elegir algo interesante para poder meterme en el tema con mas entusiasmo y decidi informarme mas sobre los exorcismos , para:

  • .adquirir mas conocimientos sobre este tema 
  • .enseñarles a mis compañeras sobre este tema,que segura les encantara 


miércoles, 7 de mayo de 2014

Tengan presente siempre, siempre las oraciones..

Exorcismo ¿Realidad espiritual o realidad psicológica?

El exorcismo es una práctica antigua que se realiza contra él poder del “diablo”, en esta práctica, el sacerdote autorizado por el obispo debe expulsar presencias demoniacas de la persona que esté poseída. 
 Esta es una práctica antigua que tuvo orígenes en la magia, con rituales como hacer muñecos de arcilla para luego romperlos. También en la biblia constantemente  se hace referencia a esta práctica y se habla de cómo Jesús y después sus discípulos expulsaban los demonios a través de la oración y la autoridad que les era conferida.
 Los síntomas de una persona poseída son por ejemplo, el escuchar voces, ver sombras o personas donde no hay nadie entre otros hechos que no tienen una explicación lógica.
 Después de esto la persona comienza a renegar o difamar contra Dios, rechaza elementos sagrados como imágenes religiosas o crucifijos, habla en lenguas desconocidas o desarrolla una fuerza sobrehumana.
 Los ritos varían desde simples invitaciones a retirarse hasta ceremonias elaboradas, algunas de las cuales incluyen bailes y trance donde se pide a los dioses que ayuden a expulsar al ente ofensivo.
Estas ceremonias incluyen la oración, la producción de malos olores, quemar incienso, pronunciar vituperios y el uso de sustancias sagradas como hierbas, agua bendita o sal.
Esta es la definición que la iglesia le da al exorcismo, pero vale aclarar que los exorcismos  no siempre se realizan, pues la mayoría de los sacerdotes delegados por el obispo como exorcistas envían a la persona con un psiquiatra antes de realizar el exorcismo.
Desde el punto de vista de la psiquiatría el exorcismo no es tan sobrenatural, es más bien un problema de histeria, donde se pueden presentar alucinaciones, vomito persistente, perturbaciones de la visión,  trastornos como personalidad múltiple, por ejemplo; una persona puede cambiar de ser “Bibiana” a  el espíritu de un niño.
Otra patología que se puede presentar en un caso de estos es la “Amnesia psicógena” En ella el individuo no puede recordar acontecimientos en un determinado momento, por ejemplo, la persona “poseída” tiene los episodios de “posesión” y momentos después no recuerda nada de lo ocurrido.
También se pueden dar en estas personas alucinaciones continuas, auditivas como escuchar pasos o sentir presencias.
Las personas que presentan esta patologías están clasificadas dentro del trastorno disociativo por trance o posesión, esto se da cuando la persona presenta un gran nivel de alteración, perdida de la identidad habitual.
Estudios han demostrado que en la mayoría casos en que se da la “posesión” las personas que la sufren son narcodependientes y la causa del trastorno puede ser una intoxicación causada por ese agente.
En otros casos se presentan por problemas psicológicos reprimidos y la única forma que la persona encuentra para estallar es la de creer que un demonio la posee, la mayoría de personas que padecen estos casos son emocionalmente inestables o fácilmente sugestionables.
Por ejemplo  cuando una persona asiste a un rito satánico, o alguna de estas prácticas que religiosa y socialmente están mal vistas pueden llegar a un grado de sugestión en el cual desarrollan los “síntomas” que exige la iglesia para realizar un exorcismo. 
 La mayoría de personas que padecen la “posesión diabólica son mujeres mayores de 50 años que frecuentan “curanderos, adivinos, o videntes”.
Esta conducta no es pensada por la persona estos comportamientos vienen del inconsciente, en muchos momentos la persona llega a ver tumbas, personas practicando maleficios en contra de ella, la mente la lleva a imaginar momentos que parecen reales y olvidan otros.
Podemos ver que en la medida que el tiempo transcurre estos fenómenos “sobrenaturales” van teniendo explicaciones desde la psiquiatría, incluso muchos teólogos invitan a la iglesia a hacer la reflexión de cuando una persona presente esta patología enviarla donde un psiquiatra en vez de donde un exorcista.

La causa raíz de estar afectado o de ser escogido por un fantasma

Why possess

Tabla de porcentajes

PREGUNTAS
SI
NO
NO SABE
¿Personalmente cree en la existencia del diablo?
57%
28%
15%
¿Cree usted que alguien puede ser poseído por el demonio o un espíritu maligno?
51%
28%
20%
Algunas iglesias ofrecen oraciones para librar a la gente de la acción de los demonios. ¿Crees en el poder de ‘exorcismo’ (o ‘liberación’)?
46%
19%
36%

Exorcismo real emitido en canal 13 de Chile

http://www.youtube.com/watch?v=tIeW2UTmCAM

Porcentajes de creyentes en diferentes religiones

http://www.noticiacristiana.com/ciencia_tecnologia/estudios/2013/09/mujeres-creen-mas-en-la-existencia-del-diablo-que-los-hombres-asegura-investigacion.html

La mayoría de la civilización occidental cree en el diablo, especialmente los cristianos. Pero este porcentaje está disminuyendo en los últimos años en Europa y los EE.UU. Encuestas recientes muestran que sólo el 25% de los musulmanes y el 17% de los judíos creen en la existencia de espíritus malignos.
Una nueva investigación sobre la existencia de espíritus malignos, indica que las mujeres tienden a creer más que los hombres.
Los datos han sido divulgados por el Instituto YouGov quien consideró la opinión de 1,000 estadounidenses mayores de 18 años.
Las principales preguntas fueron:
¿Personalmente cree en la existencia del diablo?
Sí – 57%
No – 28%
No sabe – 15%
¿Cree usted que alguien puede ser poseído por el demonio o un espíritu maligno?
Sí – 51%
No – 28%
No sabe – 20%
¿Cuántas veces cree que las personas son poseídas?
Con demasiada frecuencia – 6%
Con cierta frecuencia – 9%
De vez en cuando – 29%
Rara vez – 45%
No – 11%
Algunas iglesias ofrecen oraciones para librar a la gente de la acción de los demonios. ¿Crees en el poder de ‘exorcismo’ (o ‘liberación’)?
Sí, creo – 46%
No creo – 19%
No sabe – 36%
Después de cruzar los datos, algunos aspectos llaman la atención. Un mayor porcentaje de mujeres (61%) creen en la existencia del diablo mientras que los hombres creen menos con apenas un 53%. Además, la creencia de las mujeres es mayor (42%) que los pacientes o poseídos (50%) que son sometidos a la liberación a través de la oración. Sobre la cuestión de la creencia del diablo, es mayor entre los evangélicos (86%) que entre los católicos (66%).
La edad también juega un papel muy importante. Entre los más jóvenes (18-29 años), el 50% cree en el diablo mientras que el 29% dijo que no y 21% no sabe. Las personas mayores de 65 años tenían diferentes porcentajes: 59% (sí), el 28% (no) y 13% (no sé).
En Brasil, los estudios de este tipo no ocurren muy a menudo. La última consulta nacional sobre este tema fue en el 2007. El Instituto Datafolha, informó que el 75% de los brasileños cree en la existencia del diablo, el 15% dijo que no creían y el 9% no sabía. Entre los evangélicos la tasa de los que dicen creer en el diablo fue del 95%, el 4% no cree y el 1% no sabía.
Entre los católicos, el 73% dijo que (Sí) 11% (no estoy seguro) y el 16% (no). Para los espiritualistas, la tasa de los que no creen (50%) es superior a la de los creyentes (44%), los que afirmaron saber un total de 6%.
Es interesante pensar en lo que dijo el escritor y teólogo Inglés CS Lewis: “Hay dos errores peligrosos que los humanos pueden cometer respecto al diablo y sus demonios. No se trata de creer en su existencia. La otra es creer que existen y tienen un excesivo interés en el tema”.

Concepto de exorcismos y demás

El rito de exorcismo de 1999

El Padre Amorth, exorcista oficial de Roma, se lamenta de que por tres siglos, los exorcismos fueron casi abandonados por la Iglesia. Juan Pablo II, volvió a recordar la importancia de estos. Durante la audiencia pública del 3 de Junio de 1998, El Papa Juan Pablo II habló de los deberes del exorcista y en 1999 se publicó el rito de exorcismo que remplaza al del 1614. 

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, presentó el nuevo rito de exorcismos en enero del 1999. El prefecto de dicha congregación, el Cardenal Medina, enseñó en dicha ocasión los siguientes puntos:

¿QUÉ ES EL EXORCISMO?

"El exorcismo es una antigua y particular forma de oración que la Iglesia emplea contra el poder del diablo".

Catecismo #1673: 
"Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (cf. Mc 1:25s), de El tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar. (cf. Mc 3:15; 6:7.13; 16:17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne sólo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia."

"Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de una presencia del Maligno y no de una enfermedad." (cf. CIC can. 1172).


En que se fundamenta: El exorcismo tiene como punto de partida la fe de la Iglesia, según la cual existen Satanás y los otros espíritus malignos. La doctrina católica nos enseña que los demonios son ángeles caídos a causa de sus pecados, que son seres espirituales de gran inteligencia y poder". 

¿Por qué hace falta?: La capacidad del hombre de acoger a Dios "es ofuscada por el pecado, y a veces el mal ocupa el puesto en el que Dios quiere vivir. Por eso, Jesucristo ha venido a liberar al hombre del dominio del mal y del pecado. (...) Jesucristo expulsaba los demonios y liberaba a los hombres de las posesiones de los espíritus malignos para hacerse espacio en el hombre".

¿Cuánto poder tiene Satanás? "El poder de Satanás no es infinito", sin embargo el que Dios permita que seamos tentados "es un gran misterio". 

¿Cómo nos influencia el demonio? "El influjo nefasto del demonio y de sus secuaces es habitualmente ejercitado por medio del engaño, la mentira y la confusión. Así como Jesús es la Verdad, el diablo es el mentiroso por excelencia. Desde siempre, desde el inicio, la mentira ha sido su estrategia preferida". 

¿Ha cambiado la doctrina de la Iglesia sobre el exorcismo? No ha cambiado. Solo han habido algunos cambios en el lenguaje del rito. "Entre el rito anterior y el nuevo hay una gran continuidad; no existe un cambio radical. El lenguaje es más sobrio; hay menos adjetivos, pero la expresión de la fe en el poder de Dios para expulsar al demonio es la misma en ambos casos". 

Criterios para discernir posesión diabólica según el nuevo ritual del exorcismo.

La principal es:

-Aversión vehemente hacia Dios, la Virgen, los Santos, la cruz y las imágenes sagradas. 

Junto con esta pueden darse otros fenómenos que por si solos podrían ser don de Dios pero en el caso de posesión se manifiestan para el mal:

-El hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas o entenderlas.
-Hacer presentes cosas distantes o escondidas.
-Demostrar más fuerzas de lo normal.

¿Puede el demonio tener influencia sobre lugares, objetos y personas? Si. Esta realidad se reconoce en el ritual de exorcismos.

¿Hay diferentes formas de influencia demoníaca además de la posesión? Si. En el presente ritual se encuentran el rito el exorcismo propiamente dicho y las oraciones que hay que recitar públicamente cuando se juzga prudentemente que existe una influencia de Satanás sobre lugares, objetos o personas, sin llegar a la fase de una posesión verdadera y propia. Además, existe una serie de oraciones que los fieles deben rezar privadamente cuando tienen fundadas sospechas de que son sometidos a influencias diabólicas. 



  • Súplicas que pueden ser utilizadas privadamente por los fieles en la lucha contra el poder de las tinieblas. Ritual Romano de exorcismos y otras súplicas, Apéndice II

    ¿Quién puede practicar el exorcismo? En la pregunta anterior vimos que el nuevo ritual contiene oraciones que los fieles pueden rezar cuando están sometidos a influencias diabólicas. Sin embargo, "Para practicar el exorcismo es necesaria la autorización del obispo diocesano, que puede ser concedida para un caso específico o de un modo general y permanente al sacerdote que ejercita el ministerio de exorcista en la diócesis".

    ¿Por qué un nuevo ritual? En el último capítulo del ritual romano se ilustraban las indicaciones y el texto litúrgico de los exorcismos, pero se quedó sin ser revisado después del Concilio Vaticano II. Tras un trabajo de 10 años, en enero de 1999 se hizo oficial el texto actual aprobado por el Pontífice.
  • Rito de los Exorcismos
  • Los exorcismos de Juan Pablo II en 1982 y 2000 fueron contra demonios de extraordinario poder

    El nuevo libro de José María Zavala incluye relevantes declaraciones de Gabriel Amorth sobre ambos rituales y las circunstancias en que sucedieron.
    Este martes sale a la venta Así se vence al demonio(LibrosLibres), de José María Zavala, un impactante testimonio de exorcistas y poseídos sobre la realidad de la posesión diabólica y las armas de la Iglesia para luchar contra ella.

    El capítulo 3 ("Yo he visto a Satanás") incluye una entrevista con Gabriele Amorth, el más prestigioso exorcista del mundo, que lo fue de la diócesis de Roma. En ella cuenta los dos exorcismos, al menos, que realizó Juan Pablo II siendo Papa, y contra demonios de gran poder que no salieron de sus víctimas tras el primer ritual celebrado por el Pontífice y requirieron muchos esfuerzos posteriores.

    ReL ofrece, como anticipo de esta obra, la parte de la entrevista consagrada por Amorth al Papa Wojtyla.

    Juan Pablo II fue el primer Papa en casi 400 años que se enfrentó, como usted, cara a cara con el diablo. Sucedió el 4 de abril, domingo de Ramos, de 1982, al inicio de su pontificado…Lo recuerdo perfectamente. Yo conozco a Francesca, la joven que acudió aquella mañana a la audiencia papal en el Vaticano. Previamente, el obispo de la diócesis a la que pertenecía esa chica le preguntó a Juan Pablo II si estaba dispuesto a exorcizarla, a lo que el Papa asintió sin ningún problema. De modo que el Pontífice procedió poco después al exorcismo en su capilla privada del Vaticano. Francesca no hacía más que escupir y revolcarse por el suelo. Las personas que rodeaban al Papa no daban crédito a lo que veían: “¡Nunca habíamos presenciado una escena como la que se describe en los Evangelios!”, reconocían, admiradas. 

    Una advertencia: mejor no jugar con fuego...
    Pero el primer impresionado resultó ser el mismo Papa, a juzgar por el testimonio del cardenal francés Jacques Martin, según el cual Wojtyla confesó luego a Ottorino Alberti, obispo de Spoleto: “Nunca me había sucedido algo semejante en mi vida”…Juan Pablo II decía, en efecto: “Todo lo que sucede en los Evangelios, sucede también hoy”. Pero además de pensarlo y decirlo, Juan Pablo II acababa de experimentarlo por sí mismo. Su exorcismo fue de cierta eficacia aunque, siendo sincero, debo añadir que para liberar a Francesca se requirieron cinco años enteros de bendiciones.

    ¿Recuerda algún otro exorcismo de Juan Pablo II?Uno mucho más reciente, acaecido en septiembre de 2000. Una chica de diecinueve años de un pueblo cercano a Monza, al norte de Italia, vino una semana a Roma para que la exorcizase junto con mi compañero y hermano Giancarlo Gramolazzo. La sesión se celebraba a primera hora de la tarde, de lunes a jueves. De modo que el miércoles por la tarde ella estaba comprometida con nosotros, pero no así por la mañana. Pensó en acudir entonces a la audiencia general con el Papa en la Plaza de San Pedro. En cuanto llegó allí, los guardias se percataron de que su actitud no era normal y la colocaron en primera fila, junto a los enfermos. Poco después, mientras el Pontífice impartía su bendición a una multitud de más de 40.000 peregrinos, la atractiva muchacha empezó a gritar como una posesa. 

    ¿Intervino la Policía?Los agentes intentaron tranquilizarla en vano, pues la chica, dotada de una fuerza sobrehumana, logró rechazar a varios de ellos. Gritaba palabras ininteligibles, profiriendo insultos contra el obispo Gianni Danzi, secretario general de la Gobernación del Vaticano, que trataba también de calmarla bendiciéndola con un crucifijo. Intuyendo que la muchacha estaba poseída, monseñor Danzi informó al secretario de Juan Pablo II, monseñorStanislaw Dziwisz, quien finalmente se lo contó al Papa. 

    ¿Y qué hizo el Papa?Ordenó que retirasen a la chica a un lugar apartado, donde él mismo pudiese exorcizarla al término de la audiencia pública. Hicieron entrar así a la joven por el Arco de las Campanas, rodeando la Basílica de San Pedro, para conducirla finalmente hasta un lugar cerrado donde Juan Pablo II la exorcizó en presencia de sus padres, del obispo Danzi y de varios hombres que a duras penas podían sujetarla.

    Aquella misma tarde, Giancarlo Gramolazzo y yo volvimos a bendecir a la muchacha acompañados de monseñor Danzi. Ella misma nos contó lo ocurrido por la mañana en el Vaticano. El exorcismo del Papa tuvo algún efecto beneficioso, pero no sirvió para liberarla del diablo. Juan Pablo II trató a la joven, eso sí, con inmenso cariño durante media hora, anunciándole que ofrecería por ella la Misa del día siguiente.

    El jueves repetimos el exorcismo, durante dos horas. El demonio aludió entonces al encuentro celebrado la víspera con el Papa. Estaba contentísimo. Menudas carcajadas soltó el miserable. Indujo a la pobre muchacha a decirme: “¡Ni siquiera tu jefe [Juan Pablo II] ha logrado hacer nada conmigo!”. 

    ¿Cuál fue el origen de la posesión? La chica era un portento de bondad y de pureza.

    ¿Entonces…?Ofrecía al Señor todos los sufrimientos atroces por la conversión de los pecadores.

    ¿Víctima de algún maleficio, acaso?Yo creo que sí. Con tan sólo doce años quedó ya poseída… hasta que tuvo diecinueve. Pero insisto: cuando no se manifestaba la posesión, era buena y candorosa, ofreciendo su particular calvario por la expiación de las almas.

    ¿Tiembla Satanás cuando se invoca a Juan Pablo II en los exorcismos?Una vez le pregunté al demonio: “¿Por qué tienes tanto miedo a Juan Pablo II?”. Me dijo que por dos motivos: primero, porque había desbaratado sus planes con la caída del régimen comunista en Europa; y segundo, porque le había arrebatado las almas de muchos jóvenes durante su pontificado. Acto seguido, al preguntarle por qué temía también a laVirgen María, me contestó: “Porque he sido muy humillado y vencido por una criatura humana”.

    lunes, 5 de mayo de 2014

    Imágen capturada de un noticiero peruano en el cual nombran a obispos por crecida de poseídos

    ¡Aterrador! Mira los exorcismos más impactantes transmitidos en vivo para la TV

    • Aumentan casos de personas poseídas. (Foto: Captura Frecuencia Latina)

    Sacerdote en Filipinas muere tras practicar un exorcismo



    Los exorcismos causan muchas bajas
    Un sacerdote de la ciudad filipina de Zamboanga ( el sexto en menos de seis años) perteneciente a la región IX de algo más de 775.000 habitantes falleció hace 2 meses durante una sesión de exorcismo hacia una niña posesa. Después de más de una hora de luchar contra el demonio que se le había metido en el cuerpo a la pequeña y conseguir vencerlo el sacerdote falleció al salir volando por una ventana de la habitación y estrellarse contra un árbol que se encontraba a 20 metros. Testigos que presenciaron el acto estaban aterrorizados, la temperatura de la habitación bajó a casi 0º, la niña se elevaba en el aire junto con la cama y no paraba de proferir insultos de todo tipo, rompió varias veces unas fuertes correas que la sujetaban a la cama en dos ocasiones y giraba la cabeza 360º. Parece que ésa zona a las afueras de Zamboanga es bastante dada a los demonios que campan a sus anchas. Con éste sacerdote ya son cinco los que han caído en acto de servicio en menos de 6 años. También hay que decir que recibió la medalla al valor a título póstumo otorgada por el obispo de la región. De hecho, según comentaron fuentes cercanas, parece que la iglesia tiene problemas para cubrir las bajas ya que no todos se atreven a presentar sus oficios en ésa zona, la cual junto a algunas de África son las más peligrosas como destino desde el Vaticano. Normalmente hay que añadir que los destinados a éstas zonas tan peligrosas son sacerdotes recién salidos del seminario por lo que la falta  de experiencia quizá sea una de las causas de las numerosas bajas.